De una situación personal difícil a su vocación: cómo una instructora ayuda a superar los miedos al volante.
En el primer encuentro de mujeres con miedo a conducir se propusieron ir en caravana todas las graduadas hasta la Basílica de la Virgen de Luján, y así celebrar sus logros.
María Noel Giménez, conocida como «Noe al volante», descubrió hace 8 años que su pasión por enseñar a manejar a sus amigas y familiares podía convertirse en una oportunidad laboral. En un momento de vulnerabilidad personal, cuando debía cubrir los gastos de ella y sus dos hijos, decidió reinventarse profesionalmente.
Noe se especializó en abordar los miedos y temores al volante, desde los más comunes hasta casos de traumas y situaciones de riesgo. Más allá de la técnica de manejo, ella se enfoca en trabajar los aspectos emocionales que subyacen a estos miedos.
«Me di cuenta que había otra manera de ayudarlas, que se puede abordar desde una perspectiva emocional, porque tener miedo a conducir es un 80% de bloqueo emocional y un 20% de técnica», explica Noe.
Además de instructora de manejo, Noe es psicoeducadora en salud mental y coach ontológico. Utiliza estas herramientas para acompañar a las mujeres y ayudarlas a superar sus inseguridades al volante. Su enfoque personalizado y amoroso ha sido clave para que muchas de sus alumnas, incluyendo algunas que llegaban «hasta la Basílica de Luján», puedan celebrar sus logros y ganar confianza al conducir,
Noe, la instructora conocida como «Noe al volante», recorrió un camino de superación personal que la llevó a descubrir su vocación emprendedora y de acompañamiento a mujeres con miedo a conducir.
Cuando se separó de su pareja, Noe se encontró en una situación de vulnerabilidad económica, con la necesidad de generar más ingresos para mantener a sus dos hijos. Su hijo mayor la motivó a «levantarse y volver a empezar», y fue entonces cuando decidió tomar el consejo de sus amigas de dar clases de manejo.
Noe comenzó a trabajar con mujeres que, si bien sabían conducir y tenían registro, sentían miedo y ansiedad al volante. Al escuchar sus historias de vida, Noe se dio cuenta de que el 80% del problema era emocional y solo el 20% técnico. Esto la impulsó a especializarse en coaching y psicoeducación, para poder abordar los aspectos emocionales subyacentes.
Llegó a pasar ocho horas diarias dentro del auto, acompañando a ocho alumnas diferentes. Todas ellas le compartían problemáticas similares, como amaxofobia, creencias limitantes y pensamientos catastróficos. Noe se propuso ayudarlas a superar estos obstáculos, utilizando las herramientas que había adquirido para sanar su propia vida.
De esta manera, Noe logró reinventarse profesionalmente y encontrar su vocación de acompañar a otras mujeres a superar sus miedos y ganar confianza al volante, a través de un abordaje integral que combina la técnica de manejo con el trabajo emocional.